domingo, marzo 18, 2018

"Soy un Triunfador", el bautismo de fuego de Jorge Moraga


Amor al riesgo, campechanía, sinceridad, inteligencia, hondura y un irrefrenable deseo de aprender, de mejorar, de buscar la excelencia sin "postureo" ni alharacas, son características de este polifacético talento surgido de las entrañas de Villanueva de la Serena...y me quedo corto. Jorge Moraga se ha estrenado como autor teatral y actor protagonista con "Soy un triunfador" en la Sala Aftasí de Badajoz el pasado viernes, 16 de marzo. Fecha señalada que quedará para los anales de las artes escénicas extremeñas. Y no es una hipérbole. Jorge, siempre discretamente apuntalando y orientando desde su papel de ayudante de dirección con Aran Dramática, ha puesto en todo momento su talento al servicio de los demás y ya era hora de que asumiera el protagonismo que el destino le tenía reservado. Y brilló, brilló con luz propia.

Para un director de escena, trabajar y crear en un clima de juego, entrega y rigor es un regalo de los dioses. Así ha sido el proceso de ensayos. A lo largo de veinticuatro días esparcidos durante dos meses exactos, Jorge y quien firma estas palabras, se han encerrado en la Residencia Universitaria Hernán Cortés para dar forma a este hallazgo de la dramaturgia extremeña contemporánea. El texto surge del cortometraje "Yo soy un triunfador", realizado en 2012, Premio a la Mejor Interpretación en el Festival de Cine Express de Badajoz. El personaje daba para más. Y así nos reunimos con Jorge para indagar en la biografía del "triunfador", desentrañar sus conflictos íntimos, las circunstancias vitales detrás de la fachada...y Jorge se puso a ello. Y así pasaron los años, los proyectos, los dictados de las responsabilidades propias y ajenas hasta que, por fin, encontramos un hueco para hincar el diente al brillante texto madurado a lo largo del tiempo.



"Hay que ayudarse las personas" es uno de los lemas del Triunfador y nunca mejor aplicado que en la fase de ensayos de la obra estrenada en la Aftasí. Compenetración máxima, hambre por descubrir y profundizar, buscar la fusión armónica de voz, gesto y movimiento, escalonar las sorpresas, modular los ritmos, los desplazamientos, permitir que surja la emoción verdadera sin violentarla y, sobre todo, establecer el código de complicidad con el público que, en la sala de ensayos, era inexistente, pero recurrimos a trucos, "trucos de triunfador", y así el barco recorrió la travesía creativa y llegó a buen puerto. Un viaje placentero donde los haya. Bienvenido a los escenarios, Jorge Moraga. A partir de ahora, a disfrutar con este regalo que nos hemos dado. Eres un bailón...

Eugenio Amaya

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