sábado, noviembre 12, 2016

Llegó la hora. Estreno de "La Torre" en Badajoz



Llegó la hora de la verdad. El martes, 15 de noviembre, a las 21h en el Teatro López de Ayala de Badajoz, nuestro último proyecto deja de ser proyecto y se convierte en realidad. "La Torre", escrita por Eugenio Amaya, protagonizada por Quino Díez y Cándido Gómez y dirigida por Jorge Moraga, se muda de la sala de ensayos al escenario. Momento largamente anhelado y doblemente temido. Es lo que pasa cuando se comparece ante el público, juez insobornable y destinatario de todas nuestras expectativas. Anoche, en el preestreno que tuvo lugar en el Teatro Las Vegas de Villanueva de la Serena, los miembros del equipo suspiraron aliviados tras la ovación de los espectadores al final de la representación. Superada la primera prueba, llega la del estreno oficial. 

¡Ay, los estrenos! Primera interrogante: ¿vendrá el público? ¿Cómo va la venta de entradas? "Es que nos la jugamos. Vamos a taquilla," reflexionan en voz alta María Luisa Borruel, cofundadora de Aran Dramática, y Manuela Vázquez, productora ejecutiva. "Tengo tres páginas de notas del preestreno", comenta Jorge Moraga que él si se la juega. Tras tres ayudantías de dirección con la compañía ("Anomia", coproducción con el Centro Dramático Nacional, "Coriolano", coproducción con el Festival de Mérida y "En Familia", estrenada en el Festival de Teatro de Badajoz, Edición del 2015), Jorge debuta como director de escena. 



No hay parapeto. Jorge es el último responsable. Algún día tenía que llegar el momento de escalar el peldaño definitivo. Y no ha sido casualidad ni generosidad del destino y/o los responsables de Aran Dramática. Jorge se ha ganado a pulso esta oportunidad. Quienes han compartido con él los procesos creativos de las tres producciones antes mencionadas más el "Marco Aurelio" de Agustín Muñoz Sanz, dirigida por Eugenio Amaya, coproducción de Teatrapo y el Festival de Mérida el pasado verano, en el que Jorge volvió a ejercer de ayudante de dirección, lo saben muy bien. Rigor, talento, imaginación, discreción, eficacia, entusiasmo y compañerismo son algunos de los atributos que le han hecho merecedor de este giro en su carrera profesional, porque es una carrera, ¿no? El próximo martes es su primera etapa reina. De ahí, los nervios que Jorge controla muy bien para no contaminar el proceso creativo. Además, ha diseñado el cartel de la obra, lo cual siempre relaja un poco. 

"La Torre" es una obra de dos personajes sobre la mitomanía de la pasada burbuja inmobiliaria, entre otras cosas. Humanos, demasiado humanos, son Márquez y Pérez, interpretados por Quino Díez y Cándido Gómez, respectivamente. El duelo actoral está servido. Estos dos grandes actores son el aliciente máximo. Sin su inteligencia interpretativa, garra y expresividad, el edificio se viene abajo. No hay dónde esconderse. Están en escena todo el tiempo. Dificultad extrema que nos regala el llamado "teatro de texto". Los dos veteranos son conscientes de ello y echan el resto. Entrega absoluta.


El teatro no sólo es lo que ven los espectadores el día de la representación. Entre bambalinas hay todo un equipo que arropa y garantiza que las cosas se hagan como se debe. Manuela Vázquez, producción ejecutiva y multitareas (23 años con Aran Dramática, lo que ya es decir); Javier Mata (diseño de iluminación), compañero de viaje de Aran Dramática desde hace más de una década; Claudio Martín (espacio escénico), colaborador con nosotros, tanto al principio de nuestra trayectoria como en el rabioso presente; Pepa Casado (caracterización) que nunca falta a una cita y está ahí, tanto en los retos complicados como en las propuestas "sencillitas"; Koke Rodríguez (sonido) que no se ha bajado del barco de las colaboraciones con Arán desde "Tejas Verdes"; Pedro Martín-Romo (composición musical) primera colaboración con Aran Dramática; Manuel Torres que inmortalizó el proceso de ensayos con sus fotos; Esmeralda Alonso, trasladando su rigor científico a la ayudantía de dirección y, finalmente, María Luisa Borruel, sobrevolando la peripecia desde las alturas y de los ires y venires al banco. Todos han llevado el barco a buen puerto y son partícipes de los aplausos que, seguro, nos obsequiarán los amantes del teatro que acudan al estreno.

Como autor, me siento tranquilo y optimista y no es porque sea un desaprensivo. Si ha habido trabajo, seguro que se nota y lo ha habido, se los puedo garantizar. No sólo trabajo, sino intensidad creativa, compromiso y dedicación. No se puede pedir más. Ahora sólo falta que se anime la taquilla y que el próximo martes, el patio de butacas del López de Ayala, refleje el interés de nuestra ciudad por la cultura como hecho relevante de toda actividad ciudadana. Lo hemos hecho para vosotros, espectadores, y somos conscientes de nuestra responsabilidad. No les defraudaremos.

Eugenio Amaya

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